Wednesday, August 1, 2007

I think so/ Creo que sí

Did I pick up my heart this time? Well, maybe, this time everything was different. This time I was stronger, this time I could see beyond the present moment. This time I could see that there would be other "moments," that I would return and "live again," as the saying goes. This time I didn't cry in front of the customs official, in fact, far from it, I just moved with the moment and lived the moment step by step, opening to each minute and each hour.

Houston was different this time. They made us go through security again, after our luggage was searched in Mexico, after we trekked through the flat mechanical walkways and thought we were through with all of that, again we took off our shoes, piled our carry-on luggage onto the conveyor belt to be x-rayed once again. Finally it was coffee time and when we saw the familiar Starbucks sign, I said to Teddy, jokingly, "Honey, we're home."

So we sat at a table with our overpriced coffee in paper cups and watched people pass by noticing who was wearing flip-flops and trying to figure out why they wear them, finding no reasonable answer.

There were four Mexican men at a nearby table drinking beer and chatting and I couldn't help feeling the urge to go talk to them just to hear the language again close up. But I will be back, I will reutrn again and again to my Tierra del Sol, tierra de mi Sol.


¿Recogí mi corazón esta vez? Pues, quizás...esta vez todo fue distinto. Esta vez yo era más fuerte, esta vez podía ver más allá del momento presente. Esta vez podía ver que va a haber otros momentos, que regresaré y "viviré de nuevo," según el dicho. Esta vez no lloré en frente del aduanero, de hecho, ni quería, simplemente bailé con el momento y viví el momento paso a paso, abriéndome a cada minuto y a cada hora.

Houston fue distinto esta vez. Tuvimos que pasar por la seguridad otra vez, después de que revisaron nuestro equipaje en México, después de que anduvimos por los caminos electricos pensando que ya habíamos terminado con todo eso, otra vez nos quitamos los zapatos, otra vez pusimos las maletas allá para que las revisaran de nuevo por rayos equis. Por fin, llegó la hora del café y cuando vimos el conocido letrero de Starbucks, le dije a Teo medio bromeando, "Amor, ya llegamos a casa."

Entonces, nos sentamos en una mesa con nuestro café demasiado caro servido en tazas de papel y mirábamos a la gente pasar, poniendo atención en las personas que llevaban "flip-flops" (esas sandalias de hule para la playa), y tratando de averiguar por qué se las llevan, pero ni idea se nos ocurrió.

Había cuatro hombres mexicanos sentados en una mesa cerca tomando cerveza y platicando, y no podía evitar tener ganas de hablar con ellos nada más para escuchar el lenguaje otra vez de cerca. Pero regresaré, regresaré una y otra vez a mi Tierra del Sol, a la tierra de mi Sol.

Soy Lorena.
8/1/07

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