Tuesday, October 30, 2007

El Silencio Habla/ Silence Speaks

El Silencio habla
Detiene el momento
Lo lleva en sus brazos
Lo acaricia

El Silencio no es malo
Da tiempo a respirar profundo
A reflexionar
A llegar a la tranquilidad

En el Silencio
Uno puede estar consigo mismo
Para escuchar sus propios pensamientos
Sin interrupciones

El Silencio es aire fresco
Aliento nuevo
Otra oportunidad
De vivir una vida distinta


Silence speaks
It holds the moment
Holds it in its arms
And caresses it

Silence is not bad
It allows time to breathe deeply
To reflect
To arrive at a quiet place

In Silence one can be with oneself
To listen to one’s own thoughts
Without interruptions

Silence is fresh air
New breath
Another opportunity
To live a different life


(Pronto seguirá el cuento de Alón. Soon Alon's story will continue)

Soy Lorena.
10/30/07

Friday, October 26, 2007

La Primavera Regresa/ Spring Returns


El planeta seguía girando en su órbito alrededor del Sol mientras las estaciones obedecían su destino. Los robles se quedaron pelones pero bellos a la vez y listos para pasar un invierno largo, frío y necesario. Alón no podía hacer más que aguantar lo que le pasaba y aunque no le gustara, no le quedaba otra. La tierra alrededor de sus raíces empezó a congelar haciéndole sentir aun más inmóvil y cuando cayó el primer copo de nieve, Alón decidió darse por vencido y dejarse caer dormido.

Por tres meses en seguida sopló el viento, cayeron nevadas pesadas, y las ramas de los robles se doblaron con el peso de la nieve encima. Durante todo esto Alón soñaba con días soleados, con pájaros volando y con gatos cazando insectos en el pasto. El pequeño roble volaba con Chico y corría con el gato, brincaba y daba vueltas en el aire feliz de tener tanta libertad. Pero cuando llegó marzo y la nieve se convertía en lluvia, Alón poco a poco empezó a darse cuenta que todavía estaba en el mismo lugar desde el otoño. Toda esa “libertad” nada más era un sueño.

Suspiró profundo. Ay, qué triste es la vida, pensó.

Llovió mucho en abril y pronto salieron los azafranes y los brotes de las ramas de Alón y de sus padres. Alón hubiese querido sentir alegría por la primavera pero en vez de alegría se puso a pensar ¿qué pasará este año? ¿Vendrá otra hormiga a quitarme mis hojas? ¿Caerá otro pájaro de su nido?

Ya se creía viejo Alón. ¿Qué más le podía ofrecer la vida?

“Vas a ver, Alón, vas a ver,” dijo una pequeña voz.

(Continuará)


Spring Returns

The planet kept on spinning in its orbit around the sun while the seasons obeyed their destiny. The oak trees were now bare but beautiful in their own way and ready for a long, cold and necessary winter. Alon couldn’t do anything but put up with what was happening to him and even though he didn’t like it, he had no alternative. The earth around his roots began to freeze making him feel even more immobile and when the first snowflake fell, Alon decided to give up and let himself fall asleep.

For three solid months the wind blew, heavy snows fell and the oaks’ branches were doubled over with the weight of the snow. During all of this, Alon dreamed about sunny days, about birds flying and cats hunting insects in the grass. The little oak tree flew with Chico and ran with the cat, jumped and spun around in the air happy to have such freedom. But when March came and the snow changed to rain, gradually Alon began to realize that he was still in the same place since autumn. All that “freedom” was just a dream.

He sighed deeply. Oh, how sad life is, he thought.

It rained a lot in April and soon the crocuses appeared and the buds on Alon’s and his parents’ branches. Alon would have liked to be happy because of spring but instead of happiness he began to think, What will happen this year? Will another ant come and cut off my leaves? I wonder if another bird will fall from the nest.

Alon was beginning to think of himself as old. What more could life offer him?

“You’ll see, Alon, you’ll see,” a small voice said.

(To be continued)

Soy Lorena.
10/26/07

Tuesday, October 23, 2007

Los Colores del Otoño/ The Colors of Fall





Que bella es la Naturaleza.
How beautiful is Nature.






Soy el árbol, el árbol soy yo.
I am the tree, the tree is me.












Soy el viento, soy los olores.
I am the wind, I am the aromas.












Soy Lorena.
10/23/07

Monday, October 22, 2007

Y Otra Vez el Otoño/ And Once Again, Fall


Pasó el tiempo y Alón seguía creciendo bajo la cuidadosa mirada de sus padres. Miraba al gato casi a diario andar en el pasto cazando insectos o acostarse en el sol para limpiarse la cara o jugar con una hoja seca bateándola con una pata.

Alón se imaginaba cómo sería si pudiera andar así, si pudiera caminar dóndequiera, si pudiera correr en el pasto, si pudiera ir lejos de aquí. Pero realmente no tenía idea cómo se sentiría si pudiera hacer todo eso. Lo único que se sentía de verdad fue frustración de no tener esa libertad.

Entonces Alón soñaba despierto con correr como el gato o volar como Chico cuando se dio cuenta que una de sus hojas estaba roja en la punta.

--¡Mamá, papá!--gritó. –Mira, mi hoja ya no es verde, tiene una parte roja. ¿Qué me pasa? ¿Qué me pasa?

Julio se rió entre dientes. –No te preocupes, m’ijo, no es nada.

--Alón querido,--le dijo su mamá. --Ya termina el verano y viene el otoño. Tus hojas van a cambiar de verde a un color rojo muy oscuro y muy bello.

--¿De veras?—preguntó Alón.

--Sí, nuestras hojas se ponen muy bonitas antes de se sequen y se caigan.

--¿Se secan y se caen?—lloró Alón. ¿Qué voy a hacer sin mis hojas? No quiero estar pelón. Además de que no puedo andar en ningún lado, ahora se me caen las hojas y me quedo pelón.—

Alón empezó a pensar que su existencia iba a ser totalmente inútil. ¿Por qué nació? ¿Para hacer qué? ¿Para ser un palo pelón parado el resto de su vida sin poder hacer nada? Ay, qué difícil es vivir en este planeta, pensó.

Pero su papá se dio cuenta de lo que Alón pensaba y le explicó que parte de ser un roble era perder sus hojas a pasar el invierno tranquilo y medio dormido para despertarse otra vez en la primavera y crecer hojas nuevas y bellas. La Naturaleza lo creó así y todo era perfecto.

Pero Alón no estaba convencido.

(Continuará)

And Once Again Fall

Time went by and Alon kept on growing under the watchful eye of his parents. He watched the cat almost every day trek around the grass chasing insects or lie down in the sun to clean his face or play with a dried up leaf batting it with his paw.

Alon imagined what it would be like if he could go around like that, if he could walk wherever he wanted, if he could run in the grass, if he could go far away from here. But in reality, he had no idea what it would be like if he could do all of that. The only real thing he felt was frustration at not having that freedom.

So Alon daydreamed about running in the grass like the cat or flying like Chico when he became aware that one of his leaves was red on the tip.

“Mom, Dad!” he shouted. “Look, my leaf is no longer all green, it has a red part. What’s happening to me? What’s happening to me?”

Julius chuckled. “Don’t worry, my son, it’s nothing.”

“Dear Alon,” his mother said to him, “summer is ending and fall is on the way. Your leaves will change from green to a deep and beautiful red color.”

“Really?” asked Alon.

“Yes, our leaves become very pretty before they dry up and fall off.”

“They dry up and fall off?!” cried Alon. “What am I going to do without my leaves? I don’t want to be bald. Besides not being able to go anywhere, now my leaves fall off and I end up bald.”

Alon was beginning to think that his existence was going to be totally useless. Why was he born? For what purpose? So he could be a stripped stick standing there the rest of his life unable to do anything? Oh, how difficult it is to live on this planet, he thought.

But his father realized what Alon must be thinking and explained that being an oak tree meant that you drop your leaves in order to spend the winter peacefully and half asleep so that you can wake up again in the spring and grow new and beautiful leaves. Nature created it that way and everything was perfect.

But Alon was not convinced.

(To be continued)

Soy Lorena.
10/22/07

Thursday, October 18, 2007

¡Chico, vuela! / Chico, fly!

(This is the continuation of a story began on October 3rd. Esta es la continuación de un cuento empezado el 3 de octubre)

Dos cosas pasaron al mismo tiempo—Alón escuchó el ronroneo del gato y vio su cara enorme a unos centímetros de la cara de Chico, pero Chico no se dio cuenta, tan ocupado andaba con sus chillidos.

Alón sabía que tenía que pensar rápido. Le dio un golpe con una hoja a Chico y le gritó—¡Chico, vuela, tienes que volar…ahora mismo!

Chico le iba a decir otra vez que no podía volar pero vio el gato mirándolo con curiosidad y entonces no sabía cómo pero agarró fuerza y brincó a pararse en una rama de Alón y medio desequilibrado se estiraron las alas y comenzaron a aletear, primero un poco y después más y más hasta que de pura sorpresa Chico se subía al aire y vio que Alón se hacia más pequeño cada segundo. Cuando miró arriba supo que estaba volando, sus alas aleteando furiosamente en el cielo y volaba, sí podía volar en círculos y en forma de ocho y por primera vez en su pequeña y corta vida sentía libre, libre, libre.

Entonces, se posó en una rama de Julio y gritó felizmente,--¡Alón, mira, sí puedo volar, soy un pájaro de a de veras, volé, Alón, volé!

--¡Qué bueno!—gritó Alón mirando hacia arriba. –Sabía que podías hacerlo, Chico, ya lo sabía.—

Pero dentro de él le dio un poco de tristeza, no porque Chico ya aprendió a volar sino por la libertad que ha de haber sentido. Alón pensó, la hormiga vino y se fue, Chico viene y se va, el gato llegó de la nada y con sus cuatro patas puede irse, pero yo…yo me quedo en el mismo lugar. Mis raíces son fijas en la tierra, no son pies, no me dejan caminar.

¿Cómo Alón iba a aprender del mundo si nada más lo veía de un sólo punto de vista?

(Continuará)

Fly, Chico!

Two things happened at once—Alon heard the purring of the cat and saw his enormous face a few inches from Chico’s face, but Chico didn’t realize it, so busy he was with his whining.

Alon knew he had to think fast. He slapped Chico with one of his leaves and yelled, “Chico, fly, you have to fly…right now!”

Chico was about to tell him once again that he couldn’t fly but he saw the cat staring at him curiously and so he didn’t know how, but he gathered strength and jumped up to land on one of Alon’s branches and quite a bit out of balance he stretched out his wings and they started to flap, at first a little and then more and more until surprisingly Chico lifted up into the air and saw Alon get smaller and smaller every second. When he looked up he found out that he was flying, his wings were flapping furiously in the sky and he was flying, yes, he could fly in circles and in figure eights and for the first time in his little short life he felt free, free, free.

Then he perched on Julius’ branch and shouted happily, “Alon, look, I can fly, I’m a real bird, I flew Alon, I flew!

“That’s great!” Alon shouted back looking upward. “I knew you could do it, Chico, I knew you could do it!”

But deep inside Alon was a little sad, not because Chico learned how to fly but rather because of the freedom that he must be feeling. Alon thought: The ant came and went, Chico comes and goes, the cat came out of nowhere and with his four paws can go away, but me…I stay in one place. My roots are fixed in the earth, they are not feet, they don’t allow me to walk.

How was Alon going to learn about the world if he could only have one point of view?

(To be continued)

Soy Lorena.
10/18/07

Tuesday, October 16, 2007

"Chico"

El pajarito se quedó tres días amparado bajo las hojas de Alón esperando a que sus alas agarraran fuerza para poder volar. Chillaba mucho y se quejaba de todo pero Alón aguantó sus chillidos e hizo lo posible por ayudarlo.

--¿Cómo te llamas, pajarito? Prefiero que tengas nombre para que no esté diciendo “pajarito” todo el tiempo,--le dijo Alón.

--No tengo nombre. Cuando salí del cascarón en seguida me caí y mi mamá no tuvo tiempo a nombrarme.

Empezó a sorberse un poco.

--Entonces,--dijo Alón, --te voy a llamar “Chico” porque eres chico y…pues, no sé que más te quedaría.

--Como quieras,--dijo “Chico” con un poco de desdén.—A mí no me importa lo que me digan porque lo importante es que no estoy contento.

--¿Por qué?—preguntó Alón.

--Está muy duro el pasto aquí….me duelen los pies,--dijo Chico.

--Mis ramitas son pequeñas todavía,--dijo Alón, --pero creo que podías posarte allí para que tus pies ya no estén lastimados. Todos los pájaros se posan en las ramas de los árboles.

--¿No ves que todavía no puedo volar?—dijo Chico con impaciencia. --¿Cómo voy a llegar allá?

--Pues, puedes brincar, ¿no?—sugirió Alón.

--¡No, no puedo brincar, ¿cómo crees?! Soy pequeño y me duelen los pies. ¡Ay, no hubiera salido del nido, ay, ay, ay! ¿Qué voy a hacer?

Empezó a llorar de nuevo. En realidad Alón quería ayudar a su nuevo amiguito, pero no era fácil por mucho que intentaba. Entonces, suspiró y se dio por vencido con la ilusión de que pronto Chico aprendiera a volar y se fuera al cielo con los otros pájaros.

Chico hacía tanto ruido con su lloriqueo que Alón no vio ni oyó el gato que le picó la curiosidad al escuchar al pajarito y sus chillidos. Con mucha cautela iba acercándose a Chico como saben hacer los gatos, gateando con la panza cerca de la tierra medio escondido por el pasto y las hierbas.

(Continuará)

Chico

The little bird stayed three days sheltered under Alon’s leaves waiting for his wings to become strong enough for him to fly. He cried a lot and he complained about everything but Alon put up with his whining and did what he could to help him.

“What’s your name, little bird? I want you to have a name so I don’t keep on saying “little bird” all the time,” Alon told him.

“I don’t have a name. When I hatched I fell right away and my mama didn’t have time to name me.”

He started to sniff a little.

“So,” Alon said, “I’m going to call you ‘Chico’ because you are little and…well, I don’t know what else would fit you.”

“Whatever,” said ‘Chico’ with a touch of disdain. “I don’t care what anybody calls me because the important thing is that I’m not happy.”

“Why?” Alon asked.

“The grass is very hard here…my feet hurt,” said Chico.

“My tender branches are still small,” said Alon, “but I think you could perch there so that your feet would not be hurt. All birds perch on tree branches.”

“Don’t you see that I still can’t fly?” Chico said impatiently. “How am I going to get up there?”

“Well, you can jump, can’t you?” suggested Alon.

“No, I can’t jump, how can you think that? I am small and my feet hurt. Oh, I never should have left the nest, oh, oh, oh. What am I going to do?”

He started to cry again. Alon really did want to help his new little friend, but it wasn’t easy no matter how hard he tried. So he just sighed and gave up with the hope that soon Chico would learn to fly and go up to the sky with the other birds.

Chico was making so much noise with his sniveling that Alon didn’t see or hear the cat whose curiosity was peaked when he heard Chico’s whining. With much stealth he began to get close to Chico as only cats know how, creeping with his tummy close to the ground, half hidden by the grass and weeds.

(To be continued)

Soy Lorena.
10/16/07

Saturday, October 13, 2007

El Pequeño Petirrojo/ The Little Robin

Pasó la primavera, llegó el verano y Alón creció más alto, poco a poco iba creciendo mientras Julio y Abril lo miraban con orgullo. Le creció otra hoja como le había dicho la hormiga, de hecho le crecieron muchas hojas lindas de un color verde oscuro y brillante. El pequeño Alón empezó a sentir lo que es vivir en la Tierra. Sentía el sol darle calor a sus hojas como un abrazo, sentía la lluvia a veces suave como las caricias, a veces fuerte como un regaño y sentía sus raices estirarse hacia abajo profundo, profundo, profundo y todo lo que sentía le daba gusto. Era fuerte y orgulloso de estar vivo en este planeta en este momento.

--Julio,--dijo Abril un día, --¿Te diste cuenta del nido con tres huevos que está en mis ramas?

--Ah, sí, la mamá es un petirrojo, ¿verdad?

--Creo que sí. Pues, uno de los huevos está por romper el cascarón. Se mueve mucho.

--Así es, Abril, es natural.

--Sí, pero presiento algo, Julio, se me hace que este pajarito va a salir demasiado agresivo y presiento lo peor.

--No te preocupes, Abril, allá está su mamá para cuidarlo.

--Son traviesos, esos pajaritos, vas a ver. Tan pronto que se va la mamá a buscar comida es cuando salen del huevo y se van.

--A lo mejor tienes razón, pero ¿qué podemos hacer? Estamos aquí para amparar a las criaturas y de eso, somos buenos, ¿no es cierto, Abril?

--Sí, Julio, --suspiró Abril y se calló.

Entretanto, Alón gozaba del aire fresco y del calor del sol cuando de repente algo duro se le cayó encima y terminó en el suelo a su pequeño tronco. Era un pedacito de un cascarón azul, pero Alón no había visto un cascarón y lo miraba con curiosidad cuando algo aun más pesado se le cayó encima también para terminar en el suelo.

Uf, pensó Alón, esto no es lluvia. ¿Qué será?

Vio lo que parecía una bola negra al principio, pero en seguida empezó a cambiar de forma, estirando sus “brazos” a los lados y abriendo la boca para hacer pio, pio.

--¿Qué pasó? ¿Quién eres?-- preguntó Alón.

--Ay, me caí del nido. No sé quien soy. Bueno, creo que soy un pájaro y debo saber volar, pero no me sirven las alas, están muy pegajosas y no puedo volar.

--Ah, sí,--dijo Alón, --ahora sé, he visto muchos pájaros volar en el cielo y pararse un rato en las ramas de mi padre.

--¿Padre? Yo nada más tengo madre pero no tengo padre.

Alón le iba a preguntar por qué no tenía padre cuando tronó de repente y comenzó una lluvia bien fuerte.

--¡Tengo frío! –gritó el pajarito. --¡Ay, ay, ay!

--Acércate más a mi tronco y te cubro con mis hojas—dijo Alón. –Estarás protegido.

Entonces, el pajarito recien caído del nido se le acercó al pequeño tronco de Alón y allá se calentó y la lluvia no podía mojarlo.

(Continuará)

The Little Robin


Spring ended, summer came and Alon grew taller; little by little he was growing while Julius and April watched him with pride. He grew another leaf like the ant had told him, in fact he grew many beautiful leaves of a deep and shiny green. Little Alon began to feel what it means to live on the Earth. He felt the sun warming his leaves like an embrace, he felt the rain sometimes soft like caresses, sometimes strong like a scolding and he felt his roots stretching themselves downward deep, deep, deep and all of this brought him great pleasure. He was strong and proud to be alive on this planet in this moment.
“Julius,” said April one day, “ Have you noticed the nest with three eggs in it on my branches?”

“Oh, yes, the mother is a robin, isn’t she?”

“I think so. Well, one of the eggs is about to hatch. It’s moving a lot.”

“That’s the way it is, April, it’s natural.”

“Yes, but I sense something, Julius, it seems to me that this little bird is too aggressive and I fear the worst.”

“Don’t worry, April, his mother is there to take care of him.”

“These little birds are mischievous, you’ll see. As soon as the mother leaves to get food is when they break out of their shell and fly off.”

“You’re probably right, but what can we do? We are here to shelter the creatures and we are good at that, don’t you think, April?”

“Yes, Julius, “ April sighed and became quiet.

Meanwhile, Alon was enjoying the fresh air and warmth of the sun when suddenly something hard fell on him and ended up on the ground at his small trunk. It was a little piece of a blue egg shell but Alon had never seen an egg shell and he was looking at it with curiosity when something even heavier fell on him and also ended up on the ground.

Yikes, thought Alon, this isn’t rain. What could it be?

He saw what appeared to be a black ball at first, but right away it started to change shape, stretching out its “arms” to each side and opening its mouth to say cheep, cheep.

“What happened? Who are you?” asked Alon.

“Oh, I fell from the nest. I don’t know who I am. Well, I think I’m a bird and I should know how to fly, but my wings don’t work. They are very sticky and I can’t fly.”

“Oh, yes,” said Alon. “Now I know. I’ve seen lots of birds flying in the sky and resting for awhile on my father’s branches.”

“Father? I only have a mother but I don’t have a father.”

Alon was about to ask him why he didn’t have a father when all of a sudden there was a thunderclap and it started to rain quite hard.

“I’m cold!” shouted the little bird. “Oh, oh, oh!”

“Come close to my trunk and I’ll cover you with my leaves,” said Alon. You will be protected.”

So the little bird, newly fallen from the nest got close to Alon’s trunk and there warmed himself and the rain could not touch him.

(To be continued)

Soy Lorena.
10/13/07

Tuesday, October 9, 2007

Alón/ Alon


--Alón,--dijo Abril.

--Alón, --repitió Julio. –Hmmm, Alón es lo que es, pero ¿cómo será?

--No sabemos todavía.

--¿Cómo quieres que sea, Abril?

--Que sea fuerte, sabio y atrevido.

--Entonces, su nombre será “Alón Atrevido.”

--Alón Atrevido….me gusta,--dijo ella.

Mientras se hablaban los robles, el pequeño Alón apenas descubría el mundo, mirando sus alrededores cuando sintió algo subir su tallo que le daba cosquillas.

--¿Quién eres tú?—le preguntó a ese animalito raro con muchas piernas.

--Soy una hormiga y tengo prisa.

--¿Por qué tienes prisa?

--Tengo mucho que hacer,--contestó la hormiga.

--¿Qué tienes que hacer?—preguntó Alón.

--Uf, ¿no sabes?—dijo la hormiga con impaciencia,--tengo que trabajar, tengo mucho trabajo.

--¿Trabajo? ¿Qué es eso?

--Haces muchas preguntas, pequeño roble.

--Es que acabo de salir de la tierra y no sé mucho todavía.

--Pues, eso es obvio,--dijo la hormiga.—Las hormigas trabajamos, es lo que hacemos. Tenemos que llevar comida al nido para la reina.

--¿Quién es la reina?

--La reina es la hormiga más importante de todas las hormigas, es muy especial. La llevamos su comida y nos da bendiciones.

--¿Y qué son bendi--? empezó a preguntar Alón cuando la hormiga lo interrumpió.

--Mira, no puedo pasar todo el día platicando contigo, pequeño roble, vine a cortarte una hoja para llevar a mi nido.

--¡No!—gritó Alón.--¡No me cortes una hoja, soy pequeño y tengo tan poquitas!

Pero la hormiga no le hizo caso. ¡Chas! Se la quitó y en seguida se fue corriendo cargando la hoja en sus hombros.

--¡Ay!—lloró Alón,--eso duele, ¿ahora qué voy a hacer?

--Tonto,--dijo la hormiga mientras se iba,--te va a crecer otra hoja.

--¿De veras?—dijo Alón, pero pensó Este lugar es duro. Tal vez si me cambio a otro lado todo será mejor.

(Continuará)

Alon

“Alon,” said April.

“Alon,” replied Julius, “Hmmm, that’s what he is, but what will he be like?”

“We don’t know yet.”

“How do you want him to be?”

“I want him to be strong, wise and daring.”

“Then his name shall be ‘Alon Daring.’”

“Alon Daring…I like that,” she said.

While the oaks were talking to each other, little Alon was barely discovering the world, looking around when he felt something climb up his stem tickling him.

“Who are you?” he asked the strange little animal with many legs.

“I’m an ant and I’m in a hurry.”

“Why are you in a hurry?”

“I have a lot to do,” answered the ant.

“What do you have to do? asked Alon.

“Oh, don’t you know?” said the ant impatiently. “I have to work. I have a lot of work.”

“Work? What’s that?”

“You ask a lot of questions, little oak tree.”

“You see, I just came up out of the ground and I don’t know very much yet.”

“Well, that’s obvious,” said the ant. “We ants work. That’s what we do. We have to bring food to the queen.”

“Who’s the queen?”

“The queen is the most important ant of all the ants. She’s very special. We bring food to her and she gives us blessings.”

“And what are bless—“ Alon was about to ask when the ant interrupted him.

“Look, I can’t spend all day chatting with you, little oak, I came to cut off one of your leaves to take to my nest.”

“No!” yelled Alon. “Don’t cut off one of my leaves! I’m small and I have so few!”

But the ant paid no attention to him. Snap! He snipped off a leaf and took off running, carring the leaf on his shoulders.

“Ow!” cried Alon. “That hurt. Now what am I going to do?”

“Fool,” said the ant as he was leaving, “you’ll grow another leaf.”

“I will?” said Alon, but he thought This place is hard. Maybe if I move somewhere else things will be better.

(To be continued)

Soy Lorena.
10/9/07

Wednesday, October 3, 2007

Era Otoño/ It was Autumn


Era otoño otra vez y los días andaban cambiando. El sol ya no era tan fuerte como en el verano y las hojas empezaron a quitar su verde y cambiar a los colores de anaranjado, rojo y amarillo. Pronto estarían cayéndose de los árboles para tapar la tierra escarchada, crujientes, arrugadas, abarquilladas, preparando su lenta descomposición a la tierra de vuelta dónde alimentarían el crecimiento nuevo de las plantas en la primavera.

Las bellotas comenzaron a caer también. Las ardillas las recojerían, las llevarían a unos metros de distancia y las enterrarían con la idea de tenerlas de alimento para los meses largos del invierno que viene, pero la mayor parte de las bellotas sería olvidada y brotarían en la primavera después de las lluvias de abril. (Las ardillas plantan árboles por accidente para la Naturaleza).

Pasó el tiempo y los dos robles que habían pasado muchas estaciones juntos mirando las vidas humanas ir y venir, dejaron caer sus bellotas, sus descendientes futuros, y se fijaban como las ardillas o las enterraban o se las llevaban. Pronto la nieve empezó a caer y después de sacudir las últimas hojas de sus ramas, se suspiraron y se durmieron para pasar el invierno tranquilos.

****************************************

Cuando la nieve ya se derritió y las hojas empezaron a salir de las ramas de los robles, llegaron las lluvias, mojando la tierra y haciéndola suave para que las plantas nuevas se estallaran y mandaran sus brotes y capullos hacia el sol dándoles la bienvenida a la vida.

--Julio,--susurró la pareja del roble. –Mira.

--¿Mmmm? –ronqueó Julio todavía con sueño.

--Tenemos un bebé.—dijo ella.

--¿Cómo?—Ahora estaba más despierto.

--Un brote. Mira sus adorables hojitas.

Julio lo miró dulcemente. –Oh,--suspiró, --se parece a ti, Abril.

Se ruborizó y sacudió sus hojas. --¿Tú crees? –preguntó.

--Claro que sí,--dijo.

--¿Qué le vamos a llamar? –preguntó Abril.

Julio pensó un momento. –Pues, queremos darle un nombre que lo anima a crecer alto y fuerte, un nombre que le dé orgullo.

--¿Sansón? ¿Aries? ¿Jupiter?—sugirió.

--¡Mercurio!—dijo.

--Mercurio tiene un temperamento demasiado explosivo. No creo que queramos un hijo así.

--Sí, tienes razón,--dijo.

--¡Ya sé! –dijo de repente.

(Continuará)



It was fall again and the days were changing. The sun was not as strong as it was in summer and the leaves were beginning to shed their greenness, turning to orange, red and yellow. Soon they would be falling from the trees to cover the frosty earth with their crinkly curled up crispiness, preparing their slow decomposition back into the ground where in the Spring they would help to nourish new growth.

Acorns were starting to fall too. The squirrels would pick them up, take them a few feet away and bury them intending to have them as food for the long winter months ahead, but most of them would be forgotten and would sprout up in Springtime after the first rains of April. (Nature’s inadvertent little tree planters, those squirrels).

Time went by and two oak trees who had spent many seasons together watching human lifetimes come and go, dropped their acorns, their future offspring, and watched as the squirrels either took them away or buried them nearby deep in the earth. Soon the snow began to fall and after shaking the last of their leaves off their branches, they breathed a sigh and went to sleep for the winter.

*********************************

When the last of the snow melted and new buds began to sprout from the branches of the oaks, the rains came watering the earth and softening it up for new growth to burst forth sending its green shoots up toward the sun in a welcoming display of new life.

“Julius,” whispered the oak’s long standing partner. “Look.”

“Hmmm?” Julius croaked rather sleepily.

“We have a baby,” she said.

“A what?” He was more awake now.

“A little sprout. Look at his adorable tiny leaves.”

Julius peered down tenderly. “Oh,” he sighed, “He looks like you, April.”

She blushed and shook her leaves. “You really think so?” she asked.

“Definitely,” he said.

“What shall we call him?” April asked.

Julius thought for a moment. “Well, we want to give him a name that will encourage him to grow tall and strong, a name he can be proud of.”

“Samson? Aries? Jupiter?” she suggested.

“What about ‘Mercury’?” he said.

“Mercury has a fiery temperament. I don’t think we want our son to be like that.”

“Yes, you’re right,” he said.

“I know,” she said suddenly.

(To be continued)

Soy Lorena.
10/3/07