Alón miró arriba, abajo y por todos lados pero no vio a nadie. Ha de ser mi imaginación, pensó Alón. Sentía la brisa, sentía los rayos del sol, sentía la fuerza y el poder de sus majetuosos padres, pero aparte de eso, nada más.
Pasaron tres, cuatro, cinco años con sus cambios de estaciones, sus días preciosos, sus nevadas, sus tormentas, sus lluvias tan suave como un beso, sus veranos soleados, sus inviernos despiadados y Alón crecía y crecía cada año más grande y más fuerte, pero por mucho tiempo que vivía, más amargo se ponía. De hecho, cada rato se preguntaba ¿por qué había nacido?, ¿qué tenía que hacer aquí?, ¿por qué no podía andar libre como los otros seres en la Tierra? Alón hacía muchas preguntas pero no le llegaban las respuestas.
Un día en un verano mientras Alón se aburría con su vida, notó algo extraño con las nubes. Estaban cambiando de forma muy rápido como si el viento estuviera empujandolas pero no había viento. De repente una nube se le acercaba con una velocidad tremenda. Era una cara enorme con ojos, nariz y boca y la boca estaba en la forma de una sonrisa grande. Alón sentía aire fresco que emitía de la nube y lo tapaba con su frescura. Se estremeció.
--Hola, Alón,--dijo la nube. –Perdón si te enfrío, es que vine desde muy arriba donde hace mucho frío y lo llevo conmigo sin querer.
--Está bien,--contestó Alón. –Pero, ¿cómo te llamas? ¿Y cómo sabes mi nombre?
Se rió la nube con una risa que sonaba a pedacitos de cristales chocándose ligeramente. –Te conozco desde hace muuuucho tiempo. De hecho, te vi antes de que brotaras, cuando una ardilla plantó la bellota que serías tú. Susurré en los oídos de tus padres para que te pusieran el nombre de Alón Atrevido.
--No soy nada atrevido,--dijo Alón tristemente.
--¡Alón!—dijo la nube ahora cambiando de forma para parecer a una niña con las manos en las caderas y una mirada seria. –deja de estar ensimismándote y ponte a ver la verdad, sí, la verdad. Todos tenemos nuestro lugar aquí en este planeta, todos tenemos el derecho de estar aquí y todos tenemos nuestro propósito. Tú no eres ni más ni menos de ningún otro ser, y mira tus padres tan fuertes, hermosos, majestuosos que fácilmente viven cien años o más. Algún día tú vas a ser como ellos.
--Pero no puedo ir a ningún lado,--dijo Alón. –Tengo que estar en el mismo lugar toda mi vida.
--Ay, Alón, ¿cuándo vas a entender?—preguntó la nube.
(Continuará)
La Nube
Alon looked up, down and all around, but he didn’t see anyone. It must be my imagination, thought Alon. He felt the breeze, he felt the sun’s rays, he felt the strength and power of his majestic parents, but besides that, nothing else.
Three, four, five years went by with their changes of seasons, their beautiful days, their snowfalls, their storms, their rains as soft as a kiss, their sunshiny summers, their merciless winters and Alon grew and grew each year bigger and stronger, but the longer he lived the more bitter he became. In fact, he was always asking himself why was I born? What am I supposed to do here? Why am I not free to roam around like other beings on the Earth? Alon asked a lot of questions, but he didn’t receive the answers.
One day in the summer while Alon was being bored with his life, he noticed something strange with the clouds. They were changing shapes very quickly as if being pushed by the wind, but there was no wind. Suddenly a cloud came near to him at a tremendous speed. It was a big face with eyes, nose and a mouth and the mouth was in the shape of a big smile. Alon felt cool air coming from the cloud and it covered him with its freshness. He shivered.
“Hi, Alon,” said the cloud. “I’m sorry if I’m making you cold, it’s just that I came from very high up where it’s really cold and I unwittingly bring it with me.”
“That’s okay,” answered Alon. “But what’s your name? And how do you know my name?”
The cloud laughed with a laugh that sounded like little pieces of crystals hitting against each other softly. “I’ve known you for a looooong time. In fact, I saw you before you sprouted, when a squirrel planted the acorn that would turn into you. I whispered in the ears of your parents so they would give you the name ‘Alon Daring.’ “
“I’m not at all daring,” Alon said sadly.
“Alon!” said the cloud now changing shape in order to look like a little girl with her hands on her hips and a serious look on her face. “Stop being all wrapped up in yourself and look at the truth, yes, the truth. We all have our place here on this planet, we all have the right to be here and we all have our purpose. You are no more or no less than any other being, and look at your parents so strong, beautiful, majestic, who will easily live to be a hundred or more. Some day you will be like them.
“But I can’t go anywhere. I have to stay in the same place my whole life.”
“Oh, Alon, when are you going to understand?” asked the cloud.
(To be continued)
Soy Lorena.
11/4/07
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3 comments:
Que padre que regreso Alon, ese si es un verdarero regreso.
Ya me tenia preocupado el muchacho.
Un beso querida hermana.
sabes quien soy.
Gracias, hermano, gracias por tus preocupaciónes. La nube cayó de sorpresa...a ver que sigue.
Oops, I accidentally read the beginning after the second installment. that cloud knows quite a lot, which matches her atmospheric perspective.
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