Anabela se le acercó y Alón estaba agradecido de verla otra vez. Sacudió sus hojas y se paró un poquito más alto.
--Hola, Anabela, qué gusto me da ver—pero no pudo terminar porque en seguida la pequeña nube lo interrumpió.
--!Alón, estoy muy molesta contigo, no me has escuchado y no has hecho lo que te dije!
Alón no sabía qué decir.
--¿Qué te dije que hicieras, eh?—le preguntó Anabela.
--Pues…pues…primero no me regañes, Anabela, no puedo andar en el cielo como tú y aprender las cosas de allá. Estoy aquí siempre en el mismo lugar.
--¡Ay!—dijo Anabela y bajó a la tierra para estar más cerca del pequeño roble.—Perdóname, Alón, ya sabes que soy impaciente, y realmente no quería regañarte. Es que cuando comprendo un cosa, pienso que todo el mundo debe comprenderla igual, pero la verdad, todos seguimos nuestro sendero en distintas maneras, tomando nuestro tiempo como podamos, y no debo esperar que tú tengas que hacer todo como yo. ¿Me explico?
--Sí,--dijo Alón.
--¿Me perdonas mi impaciencia?
--Claro.—Otra vez Alón estaba contento de tener a la nube allí.
Pasó un momento de silencio.
Después Alón dijo,--tú me dijiste que observara todo.
--Entonces, ¿qué has observado?
--Llegó la culebra buscando refugio, llegó el gato, se hizo amigo de la culebra y los dos se fueron dejándome solo.
--Alón, mi amigo, hay que ver todo más profundo. ¿Cómo llegó la culebra?
--Así como andan.
--No, digo, ¿cómo se sentía cuando llegó? ¿Qué quería?
--Ah, tenía mucho miedo, pensaba que el gato quería matarla.
--Sí, ¿y qué hiciste?
--La tapé con mi tronco.
--Después llegó el gato, ¿verdad? ¿Y cómo estaba?
--Valiente estaba muy triste porque le habían puesto un nombre bobo y le dije que yo podía llamarlo como él quería, y me dijo que quería tener el nombre “Valiente.” Eso le hizo sentir mejor.
--¿Qué más?
--También estaba triste porque todo el mundo le tenía miedo y simplemente quería tener amigos y jugar en el pasto con ellos.
--¿Qué hiciste?
--Llamé a Carlita, la culebra para conocer a Valiente.
De repente Alón se dio cuenta que ha ayudado a los demás toda la vida, la hormiga, cuando le arrancó una hoja para darle a la reina de las hormigas, Chico, el pajarito que no podía volar hasta que Alón lo animara, ahora, presentó a Carlita a Valiente, se hicieron amigos y están felices.
--Eres capaz de crear la felicidad—dijo Anabela como si estuviera leyendo la mente de Alón.
--Pero si yo puedo traer la felicidad a los demás, ¿por qué no soy feliz yo?—preguntó Alón.
(Continuará)
Annabelle and Alon
Annabelle came close to Alon and he was glad to see her again. He shook his leaves and stood up a little taller.
“Hi, Annabelle, I’m so glad to see—“ but he couldn’t finish because right away the little cloud interrupted him.
“Alon, I’m very upset with you, you haven’t listened to me and you haven’t done what I told you to do!”
Alon didn’t know what to say.
“What did I tell you to do, huh?” Annabelle asked him.
“Uh…uh…first of all, don’t scold me, Annabelle, I can’t go around the sky like you and learn things there. I’m always here in the same place.”
“Oh!” Annabelle said and came down to the earth to be closer to the little oak tree. “Forgive me, Alon, you know that I’m impatient and I really didn’t mean to scold you. It’s just that when I understand something I think everyone should understand it the same as me, but in truth, we all follow our path in different ways, taking our time the best way we can and I shouldn’t expect you to do everything like me. Does that make sense?"
“Yes,” said Alon.
“Will you forgive me my impatience?”
“Of course.” Once again Alon was happy to have the little cloud there.
There was a moment of silence.
Then Alon said, “You told me to observe everything.”
“So what have you observed?”
“The snake came looking for refuge, the cat came and made friends with the snake and they both went off leaving me alone.”
“Alon, my friend, you have to look at things more deeply. How did the snake arrive?”
“The way they do.”
“No, I mean, how did it feel when it arrived? What did it want?”
“Oh, it was very afraid, thinking the cat wanted to kill it.”
“Yes, and what did you do?”
“I covered it with my trunk.”
“Then the cat came, right? And what was it like?”
“Valiant was very sad because they had given him a silly name and I told him that I could call him whatever he wanted and he told me that he wanted the name ‘Valiant.’ That made him feel better.”
“What else?”
“He was also sad because everyone was afraid of him and he just wanted to have friends and play in the grass with them.”
“What did you do?”
“I introduced Carley to Valiant.”
Suddenly Alon realized that he has helped others all his life; the ant, when he snapped off a leaf to give it to the queen of the ants, Chico, the little bird who couldn’t fly until Alon encouraged him to, introducing Valiant to Carley who are now friends and are happy.
“You have the ability to create happiness,” said Annabelle as if she were reading Alon’s mind.
“But if I can bring happiness to others, why am I not happy?” asked Alon.
(To be continued)
Soy Lorena.
11/27/07
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