Monday, May 28, 2007

La Pregunta Sigue/The Question Continues

La anciana descansaba en la mecedora del porche gozando de las últimas horas de día. Había pasado bien el día con sus hijos, platicando, comiendo, todos limpiando la cocina juntos, riéndose de las idiosincrasias y chistes singulares de los miembros de la familia. Así eran los domingos, divertidos, relajantes, felices.
Pronto se abrió la puerta y salió una niña de siete años que en seguida se subió al regazo de la anciana. Se quedaron así un buen rato meciendo mientras el sol seguía su camino inevitable al oeste.
--¿Abuela?--dijo por fin la niña.

--Sí, querida.

--En el colegio la maestra hizo una pregunta y todos tuvimos que contestarla, pero yo fui la única en la clase que no la contestó. No fue una pregunta de matemáticas o de la geografía, ni nada de eso.

--¿Qué fue la pregunta?

--Qué queremos ser cuando seamos grandes. Dijo que no había respuesta equivocada porque cada persona es distinta en sus deseos y en sus habilidades.

--¿Por qué no la contestaste, mi niña?

La niña empezó a llorar y la anciana la abrazó más fuerte.

--Está bien, querida, llora si quieres, las lágrimas limpian todos los sentimientos tristes.
Entre el lloriqueo la niña siguió,--Es que no sé qué quiero ser, abuelita, cuando sea grande.

--Pues, no tienes que saber todavía, estás muy chiquita para hacer esta decisión. A veces, uno no sabe qué quiere ser hasta mucho más tarde.

--Pero todos los niños sabían porque todos contestaron.

--Eso no quiere decir que los niños saben de verdad lo que quieren ser en el futuro.

--¿Cómo?--preguntó la niña.

--Mira, los niños inventan, imaginan, mienten aun para no parecer extraños en frente de los demás. Todos quieren ser aceptados, quieren ser iguales a los otros niños. Así es, y si muchos niños de la clase contestan la pregunta, pues los otros van a hacer lo mismo, para no ser diferentes.

La niña se quedó callada por un rato, pensando.

--¿Qué le dijiste a la maestra cuando te hizo la pregunta?

--Que no sabía.

--¿Y qué te dijo?

--Está bien, no tienes que saber.

--¿Entonces? ¿Por qué te preocupa que no sabías?

--Fui la única...soy una tonta.

--No, mi niña, no eres una tonta. A veces, uno cree que sabe lo que quiere ser y pasa muchos años haciendo algo que realmente no le conviene porque no sabe qué son sus verdaderos talentos, no ha encontrado su verdadera carrera.

--Tú sabías tu verdadera carrera de pintora, abuela. Me gusta cómo pintas las flores y los pájaros y las nubes y los árboles y todo, todo, todo lo que pintas.

Se rió la anciana. --Uy, si hubieras sabido, mi niña. Yo no empecé a pintar hasta que ya era adulta. Fíjate, cuando yo tenía tu edad quería saber cosas que no podía saber porque no estaba lista. Quería alcanzar a las estrellas, quería saber las respuestas cuando todavía no había hecho las preguntas. Pero tú, mi niña, tú sí haces las preguntas, o por lo menos una pregunta. Tengo una idea. Ven conmigo, vamos al bosque.

Se levantaron y tomadas de la mano fueron al bosque donde estaba el arroyo. Se sentaron en la orilla de las aguas a mirarlas correr.

--Respira profundo,--dijo la anciana, --cierra los ojos, escucha las aguas, piensa en tu pregunta.

--Sí, abuelita,--obedeció la niña.

--Tienes que tener mucha paciencia. Escucha y abre tu corazón.

La niña cerró los ojos bien apretados.

--Abre tu corazón para que la respuesta entre.

La respuesta ya está dentro de ti, pensó la anciana.


THE QUESTION CONTINUES

The old woman was resting in the rocking chair on the porch enjoying the last hours of the day. She had had a good time that day with her children, chatting, eating, everyone cleaning up the kitchen together, laughing at the quirks and special jokes of the family members. That's how Sundays were, fun, relaxing, happy times.

Soon the door opened and out came a seven year old little girl who promptly climbed onto the old woman's lap. They stayed like this for awhile rocking as the sun continued its inevitable journey to the west.

"Grandma?" the little girl finally said.

"Yes, dear."

"In school the teacher asked a question and everyone had to answer it, but I was the only one in the class who didn't answer it. It wasn't a question about arithmatic or geography or anything like that."

"What was the question?"

"What do we want to be when we grow up. She said there was no wrong answer because each person is different in their wants and abilities."

"Why didn't you answer it, my child?"

The little girl started to cry and the old woman hugged her more tightly.

"It's okay, dear, cry if you want to, tears wipe away all sad feelings."

In between snivels the little girl continued, " It's just that I don't know what I want to be, grandma, when I grow up."

"Well, you don't have to know yet, you're very young to be making this decision. Sometimes, no one knows what they want to be until much later."

"But all the kids knew because they all answered."

"That doesn't mean that the kids knew for certain what they want to be in the future."

"What?" asked the little girl.

"Look, kids make up things, they imagine stuff, they lie even so they won't seem weird in front of the others. They all want to be accepted, they want to be the same as the other kids. That's the way it is, and if a lot of the kids in the class answer the question, then the others are going to do the same so as not to be different."

The little girl was silent for a while, thinking.

"What did you tell the teacher when she asked you the question?"

"That I didn't know."

"And what did she say?"

"It's all right, you don't have to know."

"So? Why does it bother you that you don't know?"

"I was the only one...I'm a dummy."

"No, my child, you are not a dummy. Sometimes we think we know what we want to be and we spend many years doing something that we were not meant to do because we don't know what our real talents are, we haven't found our true career."

"You knew your true career as a painter, grandma. I love the way you paint flowers and birds and clouds and trees and EVERYTHING that you paint!"

The old woman laughed. "Oh, if you only knew, my child. I didn't start to paint until I was an adult. Look, when I was your age I wanted to know things that I wasn't able to know because I wasn't ready. I wanted to reach the stars, I wanted to know the answers before I had asked the questions. But you, my child, you are asking the questions, or at least one question. I have an idea. Come with me, let's go to the woods.

They got up and holding hands went to the woods where the stream was. They sat on the banks of the water to watch it run.

"Take a deep breath," the old woman said, "close your eyes, listen to the water, think about your question."

"Yes, grandma." The little girl obeyed.

"You have to be very patient. Listen and open your heart."

The little girl closed her eyes tightly.

"Open your heart so that the answer can come in."

The answer is already inside of you, thought the old woman.

Soy Lorena.
5/28/07

3 comments:

Anonymous said...

Tu escribiste el cuento?

Esta muy padre. felicidades.

Luis.

Lorena's Blogbilingüe said...

Es que tengo una musa que me inspira

Indeterminacy said...

That was sublime. The balance and poetry of a life well lived, someone in touch with what is truly important. This line has quite a powerful effect: "You knew your true career as a painter, grandma. I love the way you paint flowers and birds and clouds and trees and EVERYTHING that you paint!"

Thank you for telling me about the story.