Hice la lista de todas las mujeres que hay.
Eliminé en primer término a los travestis.
Borré a las muy muy flacas, a las rubias y a las pelirrojas.
Después, a las maniáticas de la limpieza, a las que fuman y a las que usan perfume (A mí me gusta que la mujer huela a sí misma)
Suprimí a las que hablan mucho.
Quedaron muy pocas.
Taché a las que dicen “o sea” y “es como que”; a las que cuando alguien les gusta, dicen “Es un divino”; A las que tienen tobillos muy gruesos y a las que no aceptan que uno mire el fútbol.
Quedaron dos.
Puse como condición que ninguna fuera mi mamá.
Quedó una.
Me acerqué a ella corriendo y le dije, “¡Tú eres la mujer de mi vida!”
Ella me había eliminado hacía rato ya de su lista, cuando tachó a aquellos estúpidos que creen que existe la mujer ideal y que ésta, encima, los está esperando con los brazos abiertos.
(English tomorrow).
Soy Lorena.
8/19/08
Tuesday, August 19, 2008
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